VALÈNCIA. Los odontólogos, como toda la sociedad, se preparan para volver de forma progresiva a su actividad después de estar prácticamente un mes atendiendo las consultas mínimas. La falta de protección ha afectado al colectivo de la misma forma que al resto de la actividad sanitaria y, por ello, muchos han tenido que bajar la persiana durante prácticamente mes y medio con las consecuencias económicas que conlleva.
Enrique Llobell, director médico de Llobell Cortell, lleva muchos años enrolado en el sector y ha tenido que cerrar su clínica durante la crisis provocada por el coronavirus. ¿El principal motivo? La imposibilidad de acceder al material de protección necesario para afrontar su actividad diaria, en la que antes de que llegara la pandemia ya contaban con unos protocolos importantes.
El que fuera presidente del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Estomatología y Odontología insiste la seguridad que revisten las clínicas dentales, antes y ahora. "Un clínica dental es un sitio muy seguro, es un establecimiento sanitario".
-¿Cómo describiría la situación del sector de la odontología tras esta pandemia?
- La respuesta es asustado, por dos razones. Una, por el virus. El riesgo de contagiarse y contagiar. Y otra por la situación económica. Son dos situaciones diferentes pero las dos son gravísimas. En cuanto a la situación del virus, desde hace muchos años trabajamos con mucha protección. Para mí todo el que entra en la consulta es paciente de alto riesgo.
Yo no sé quién viene a la consulta y puede ser alguien que tiene una enfermedad contagiosa de la que tal vez no tiene conocimiento. Entonces, ¿por qué he cerrado y solicité un ERTE? Porque el material que utilizaba y que muchos de nosotros utilizábamos para protegernos como gorro, mascarilla, pantallas o guantes lo entregué para mi anestesista, porque sí era necesario.
Cuando pedimos para hacer nuevas compras de EPIs nos dijeron que no había y no los vendían. Y como no los vendían nos quedamos sin equipos de protección y no podíamos trabajar.
- ¿Hay quien piensa que la clínica dental no es segura?
- Mucha gente piensa que la clínica dental es insegura, pero la clínica dental es más segura que el supermercado, que una gasolinera y más segura que la mayoría de sitios. Somos sanitarios. Desde hace años hemos aprendido a protegernos de todo tipo de virus como el VIH, hepatitis,... Nosotros somos más seguros que los entornos que hoy en día están abiertos, lo que necesitamos es el material de protección del que carecemos porque no nos venden. Yo ahora estoy yendo al supermercado, voy a la gasolinera a comprar el periódico y me doy cuenta de que cuando cojo la vuelta del dinero pongo la mano en la bandejita en la que todo el mundo ha tocado. Por lo tanto, yo que estoy llevando unas precauciones muy altas en mi casa, me doy cuenta de que me podría contagiarme en muchos sitios.
- ¿Faltan ayudas económicas para el sector de los odontólogos?
- La situación económica significa que si cierras, pues te encerrarás en casa a ver cómo pasa el virus. Y la situación ahora mismo es tristísima para muchos odontólogos que desde hace dos meses tenemos la puerta cerrada. Esto no significa solo asumir el sueldo de los empleados, solo hace unos días se dijo que sí que entraban en el ERTE a pesar de darse esta opción en otros sectores.
¿Sabemos si esto tendrá carácter retroactivo? A mi me han dicho que no. Eso en la parte referente a los sueldos, que es una parte importante pero no son todos los gastos. Alquileres, impuestos, seguros, luz,... Hay un montón de gastos que forman un porcentaje importante de las clínicas. El ERTE no soluciona el problema totalmente.
-¿Hacía falta más tiempo de confinamiento estricto ahora que vamos camino de la desescalada?
- Mi opinión personal sobre la situación actual es que hemos cerrado el país, estamos ante un colapso económico terrible y estamos encerrados, pero la situación no se resuelve inmediatamente porque no tenemos vacuna, que va a tardar un año. No podemos estar un año todos encerrados esperando. Aunque hagamos 47 millones de test hay un porcentaje de error que puede seguir contagiando aunque se aísle a los que tiene PCR positiva. No podemos hacer eso y la situación que tenemos es dramática.
Tenemos que salir a la calle, reiniciar nuestras empresas, aunque corramos el riesgo de contagiarnos. Lo único que podemos hacer es tener nuestras propias precauciones personales. Llevar más de cuidado y habrá quien se contagie y tendremos que convivir con este virus hasta que se saque una vacuna. Pero tenemos que reiniciar nuestros trabajos, es necesario.
- ¿Harán falta nuevos protocolos?
- En mi caso, como soy cirujano maxilofacial y estoy habituado al ámbito quirúrgico, en mi consulta siempre llevo una pantalla de protección puesta desde hace 15 años. El protocolo que dicta el ministerio es gorro, mascarilla, pantalla de protección, guantes, bata y lo que sí que tenemos que hacer es aspirar un poco mejor todos los aerosoles que se generan y llevar la higiene que llevábamos haciendo con toda la limpieza.
Muchas consultas ya lo hacíamos y muchas otras se adaptarán. Pero no es que este protocolo nos llegue como algo complicadísimo, es que la mayoría lo hacíamos así. Cuando estuve de presidente del Colegio durante ocho años hablamos mucho sobre esterilización de las consultas y todo el mundo tiene hoy en día su esterilización y lleva guantes y mascarillas. Estos protocolos no varían mucho nuestra forma de actuación, pero sí que necesitamos el material para no contagiar ni que nos contagien. Pero en cuanto lo tengamos debemos de abrir y empezar a trabajar.
- ¿Se atiende a día de hoy con normalidad en algún caso?
-La mayoría de nosotros hemos cerrado nuestras clínicas y atendemos urgencias por teléfono. Entonces nos dirigimos a la consulta y atendemos la urgencia. Eso es la forma en la que hemos venido trabajando hasta el momento. Eso, a los que les queda material para atender las urgencias.
- ¿Qué tipos de pacientes pueden ir a las clínicas mientras se va recuperando la normalidad?
- Lo primero es el teléfono. Tú llamas a tu consulta, te atienden al teléfono y valoras la urgencia. El paciente puede ser conocido y la valoras mejor. Igual estabas a mitad de tratamiento y el cliente lleva unos dientes provisionales. Se le han caído pero no tiene dolor, no tienen sangrado, no tiene nada, pero va sin dientes y no puede comer. Para ti igual no es una urgencia pero para él sí.
Las urgencias son muy relativas. Un niño de ortodoncia al que se le ha movido un bracket y le va pinchando un labio habrá que atenderlo. Pero a partir de ahora va a estar protocolizado siempre hasta que tengamos una vacuna para el virus.
- En general la sanidad privada lo está pasando mal económicamente.
- Los particulares están igual que nosotros y los hospitales están peor porque siguen manteniendo los gastos y se les ha dicho que estén con todo preparado por si son necesarios, pero luego nos hemos encontrado con que 2.000 camas de UCI se han quedado vacías a pesar de que se han puesto en marcha hospitales de campaña.
- ¿Pediría más medidas para el sector?
- Que tengamos a disposición material de protección para poder comprar y a precios correctos.
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